La devoción a Nuestra Señora de las Nieves tiene su origen en una leyenda piadosa del siglo IV. Según la tradición, un noble romano llamado Juan y su esposa, que no tenían hijos, decidieron dedicar su fortuna a la Virgen María. La Virgen se les apareció en sueños la noche del 4 al 5 de agosto del año 358, indicando que construyeran una iglesia en su honor en el lugar donde encontraran nieve al día siguiente. A la mañana siguiente, Roma amaneció con una nevada milagrosa en la colina Esquilina, en pleno verano.

Nuestra Señora de las Nieves no es una santa en sí misma, sino una advocación de la Virgen María.

Elaborado en MDF y resina.

Tamaño de 7 cm y de 10 cm de alto